TERAPIA DE PAREJA

 

Uno de los primeros objetivos del trabajo clínico con la pareja es de hecho la posibilidad de contener y modular el ansia subyacente a la tendencia típica de una pareja litigiosa y atribuir el propio desajuste al comportamiento o a la intención del otro, sin alcanzar a ver eficazmente el rol activo que cada uno ejercita. Tratar de hacer ver como el otro está inserto en una ‘constante relacional negativa’ y la función que tal aspecto, aparentemente ilógico y de auto-sabotaje, asume en el nivel del equilibrio interno y del modo de tratar las emociones.

Se puede también precisar que en el trabajo clínico con la pareja el objetivo no es aquél de enseñar a interrumpir o a eliminar las proyecciones, pero sobretodo entender cómo se forman y hacia donde conducen las proyecciones.

El objetivo coligado a ver una pareja como tal podría el de ayudar a cada miembro a reconocer estas proyecciones y descubrir cómo estos aspectos de sí son sentidos y tolerados. El proceso de reconocimiento de estas proyecciones y el reconocerlas como aspectos de sí, es el objetivo central en el trabajo terapéutico con una pareja.

Gracias a la presencia del terapeuta, en cada uno de ellos será posible empezar a percibir por sí mismo, las necesidades del otro y la relación entre ellos. El hecho de proseguir en esto puede comportar un aligeramiento de las recíprocas y rígidas identificaciones proyectivas que han constituido ya sea un elemento de parálisis de los aspectos dinámicos de la pareja, ya sea un elemento intrusivo, o común que de una fuerte interferencia negativa, en la psiquis de los eventuales hijos.

El objetivo terapéutico debe ser por este motivo entendido como posibilidad de restablecer la correcta funcionalidad de la relación que es aquella que garantiza un "Sentido del Nosotros" coligado a la experiencia más constructiva y reparadora del Sí y de los esquemas que caracterizan la colusión (acuerdo inconsciente, que determina una relación complementaria, en la que cada uno desarrolla partes de uno mismo que el otro necesita y renuncia a partes que proyecta sobre su cónyuge), de modo de favorecer un Sí autónomo, separado, y más integrado, así como una comprensión "tomada en directo" de aquello que se ha confiado a la relación como sentido de pertenencia.