EL DESTETE
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- Creado: Miércoles, 21 Noviembre 2018 11:20
- Última actualización: Miércoles, 21 Noviembre 2018 11:20
- Publicado: Miércoles, 21 Noviembre 2018 11:20
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EL DESTETE
Como toda castración, la prueba del destete tiene dos vertientes: aquello con lo que el lactante debe cortar, y aquello que de ese modo es susceptible de adquirir. Al renunciar a la leche materna, el bebé renuncia a una imagen corporal en la que la madre y él están fusionados. Se separa del pecho y de la leche que sentía como formando parte de él. Al perder el pecho, es como si perdiera su boca, la cual se s confundía con aquél. La succión de las manos y de los objetos le permite encontrar un sustituto del pecho, pero también asegurarse de la existencia de sus labios y su lengua; supone una manera de apropiarse de su boca.
Así, la madre es la iniciadora del llamado "lenguaje materno". El niño renunciará más tarde a hacer de su boca un medio esencial de relación con el mundo. La pérdida de cuerpo a cuerpo inicia una relación de distancia con la s madre. El bebé descubrirá que sus gritos, balbuceos, y sus gestos, ejercen un efecto sobre el entorno. De ese modo da con una manera de comunicarse distinta del cuerpo a cuerpo, una comunicación a distancia.
Las madres no siempre están informadas de la importancia de esa transición y de la atención que es preciso prestarle. Se trata de la preparacion para los intercambios lingüísticos, por ende, el proceso del amamantamiento resulta fundamental. El niño necesita oir comentarios sobre todo cuando experimenta. Así es como poco a poco, las palabras irán adquiriendo sentido. Decir a un bebé de dos meses "Voy a prepararte el biberón" puede parecer algo carente de sentido. Sin embargo la intención está ahí, al igual que la melodía de la voz; palabra biberón se irá asociando progresivamente con el placer de la leche y con la sensación de saciedad.
Segun Francoise Dolto, el bebé necesita que se le hable cuanto se dispone a conocer, antes incluso de que realice la experiencia. De esa manera tendrá a su disposición palabras que le permitirán humanizar lo que viva.
La madre puede acompañar los juegos de su hijo desde la edad de tres meses, designando con palabras los objetos que se lleva a la boca, su color,sus cualidades táctiles, y jugando a intercambiarlos.
Así el bebé aprende a asociar palabras o sonidos a los objetos y a su propia madre. Sonidos que repetirá a su manera en sus gorjeos, y que adquirirán de manera progresiva una función simbólica, la de significar a la madre en su ausencia. De esa forma el bebé, pasará de su primer modo de pensamiento, en el que, en la confusión entre lo real y lo imaginario, alucina el pecho ausente, a un modo más elaborado en que el lenguaje toma el relevo de la presencia materna y en un primer momento se halla por completo impregnado de ella.
El destete logrado, permite al niño existir separado de su madre, y en consecuencia, empezar a relacionarse con otros. El bebé puede entonces desarrollar una comunicación con los demás, utilizando sonidos compuestos de una o dos sílabas, que serán comprendidos por su entorno inmediato como indicadores de sentimientos y de demandas, y pronto como palabras en sentido estricto. Se vuelve a sí mismo capaz de expresarse y de conservar mediante mímicas que ha aprendido de su madre y de sus allegados. Por último, sabe recurrir a gestos, como dar golpes para hacer ruido, con el fin de provocar las esperadas reacciones de su entorno. De ese modo, le es posible mantener relaciones a distancia, las cuales le producen placer.